– Mimos ávidos…
– Con poco y mucho, con todo y nada, sola y con gusto, con mi don y magia, déjate mimar y nunca digas basta; y pide a lo sumo, que … Sigue leyendo
– ¡Y así me entiendo!
Me sosiego como el tiempo renaciendo del silencio años enteros, como un árbol retoñando en un sendero húmedo y recto, como el viento soplando hasta en los huecos y en … Sigue leyendo
En la estación de mujeres.
Acá a donde me has traído por si ahora puedo decirlo no existen casas, ni recintos, ni vive nadie conocido. Solo hay una fuente de vidrio, hecha del cristal más … Sigue leyendo
Sin palabras.
Él te es indiferente pero al fin no pierde nada, pues las brújulas no marcan las sorpresas del mañana y de norte a sur la distancia nunca cambia. Y los … Sigue leyendo
‒ Por pedir…
Heme aquí, tostando dulces con aromas de jazmín, anclado al tiempo que transita, sin más fin, rallando un hueso y redondeando un peso a mil. Rapado, alegre y sin embargo … Sigue leyendo
En las ruinas de Plaza España.
En esta plaza brota la hierba silvestre y no hay rosales, hay gente y no hay glorietas, ni agua en las fuentes. Se asemeja a los parques del oriente con … Sigue leyendo
– La luna intimista. (Trilogía Mira como sonríe la Luna.)
Bien colgada entre las cúpulas del pecho lleva una urna de marfil y terciopelo que se asemeja a unos labios sin modelo, rosados y mágicos, como no existen ejemplos. En … Sigue leyendo
– Llámame cielo…
Me enamoré de un ángel pasajero que me pegó sus alas en el pecho, de una mujer con cuerpo de modelo, que con sus fuegos, me envió al cielo, dándome … Sigue leyendo
‒ Ecos de Chela.
Cuando vuelva con rosas este invierno, retoñarán tus sienes y tu pecho, le arrancare una hoja a mi cuaderno y en cortos versos, escribiré que te quiero. Y antes de … Sigue leyendo