En las entrañas de un tintero casi seco, vivía
un verso que nunca quiso existir, gastó a
gotas desconsuelo y descalabro; y el
desagravio no lo pudo resistir. Sufrió abrazado
cual diamante entre otros brazos; y se hiso
helado frente a un Norte fresco y gris.
Blanco relato que en silencio no contaron,
amargo trago que embriagado en frenesí,
por rojos labios desvivía enamorado. De
cuerpo y pasos que no lo querían seguir; y
en finos gajos de una flor surgió el milagro,
de un cuerpo mágico que a ratos conviví.
Su pecho cárnico es un pecado acalorado; y
ella un regalo, visto en juegos inundándonos.
Se hundió mareado en un jardín lleno de
cardos, perdió sus plumas como Fénix acabado,
se cantó en la turba por tabernas con
borrachos. Mordió la chusma y con putas bailó
mambo; y salió infartado de un convento en
que vio Santos adorándolo, pues lo clavaron.
¡Y se sintió errado, polvoriento y malogrado!
Se vio frustrado por no ser verso magnate,
corrió firmado en una carta entre rosarios,
subió plasmado al Olimpo sobre Altares; y
oró rodando, lo tanto andado. Y odió a sus
pares, como a Diablos proclamados que
adjuraban del buen trato rechazándolo.
Bajó sus brazos ya cansados de tentarlo,
cedió al dolor bocabajo estrangulado en el
cadalso; y no hizo caso, pues siguió amando,
sus labios mágicos. Sus dulces labios rosados,
robados de un bello cuadro susurrado en mil
pedazos; pues devino verso clásico apresado.
Y armó refranes que salvaron a algún sabio,
se fue nadando por un rio en tinta al plato,
cantó soñando que se sentía enamorado; y
amó callado, pues quien quiere no da
escándalos. Quedo pasmado y decidió
invertir los cambios; ya sosegado.
En las entrañas del tintero vive un verso,
que aun no he encontrado pues no tengo
para tanto. No lo he buscado pero puedo
retratarlo, pues canta alto cuando se siente
gastado: ya llevo años y he avejentado,
hasta cuando tendré que recalcártelo.
Vivió el pecado cual Cupido flechado por
Pilatos; y murió ignorado cual Jesús en el
Calvario sin sus Santos. Y aun sigue amando,
enamorado. Me lo ha gritado en estos
versos que les traigo, ya sosegado: Ya llevo
años y he avejentado, dale despacio…
Que ya la tinta está agotándose al contarlo,
pues vas muy rápido con los clásicos derechos
reservados, que en tus manos dejo a cargo;
para que pagues sin plazos lo contado, con
esos dedos de mago. En las entrañas del
tintero vivía un verso; que he rescatado…
Picture by Ariel Arias.
Web del fotografo: http://www.ariaphotographe.com
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sanación en Cristo
Poesía, relatos, novela romántica y otras hierbas. Graciela Giráldez
Blog oficial
La literatura es la mentira en la que más creo.
brillante nunca se te acabaran estos versos q tanto placer dan a quienes te leemos,,,
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Gracias Crist, es un placer saberlo… besos, Tony
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Gracias Crist…
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Es magnifico, poeta del Alba. Besos……
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Gracias Esther, besossss, Tony
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