Que torpe se siente el gesto en la soledad terminado,
que inveterado calvario revive a diario un elástico,
estirando siempre el jarro para recoger lo usado. Y
que nadie aspire a tanto, pues su sonrisa es un soplo
y vamos. Y luego recoge sus labios antes de irse a
orinar al cadalso, sobre la sombra de sus desagravios.
Es un monstruo, desde que lo envenenaron. Se ha
puesto verde encerrado en el horno de sus llantos,
se ha quemado tanto esperando que ya no sudan
sus sobacos; y le han salido alas de diablo con
murciélago cruzado. Su frente liza lo advierte, en
el nadie debe mirarse, bajo riesgo de quedar lisiado.
Tiene unos brazos de humano, que son lo único
bueno que le ha quedado desde que lo envenenaron;
y es corpulento el muchacho. Y tiene unos dedos
de zapo terminados en cuchillos afilados como las
uñas gato, pero imagínenle el largo. Pues sus venas
son como mazos de serpentina en desmayo…
¡Son como serpientes que ondulan por un infierno
rosado!
Como las tiras de cabuyas que hay por el suelo regadas,
cuando la fiesta termina y nadie limpia la acera
mientras haya alguien que se arrastre; porque no lleve
la columna puesta. Por eso les hablé de mazos, porque
hay líneas para rato atravesando su cuerpo de soldado;
hijo esclavo del desencanto y los malos ratos.
Y lleva el rostro marcado, por la hiel del desengaño…
Sufre de insomnio y de infartos, siente arrebatos
mundanos pero no puede dejar su ático porque hasta
el sol le hace daño. Y en las noches ni contarlo, la
oscuridad le es más mala que un combate de Corsarios
terminado fuera del barco. Y si sigo enumerando, lo
dejaré hasta con sancos y con patas de caballo.
Ya que si mal no recuerdo, tiene sus piernas pintadas
de un rojo intenso arrebato. Para que pueda saltar
bien alto por los techos de aquel barrio, donde yo solía
encontrarlo. Pues su novia habita en lo alto del barrio
donde lo envenenaron; y en el alero sentados pasan
las noches besándose, como hacemos los enamorados.
Abrazados y esperando a que el hechizo les pase. Para
poder decir con clase, que negros y blancos somos
iguales; y es por eso que nos amamos, sin que nuestra
piel cause debates. Allí pasan sus noches blancas,
esperando y esperando a que el hechizo les parta; y
ellos devengan iguales, como humanos que se placen.
Y no uno monstruo; y el otro su semejante, monstruoso.
Pic. by Ariel Arias.
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vibraciones
Bitácora para gente que va leyendo a trabajar
Disfrutá de leer las nuevas novelas, cuentos, poemas y artículos del escritor y director de cine Adrián Gastón Fares.
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sanación en Cristo
Poesía, relatos, novela romántica y otras hierbas. Graciela Giráldez
Blog oficial
La literatura es la mentira en la que más creo.
como siempre me asombraste!!!!!!!!!brillante!!!!!!!tu talento es indiscutible!!!!!!cariños,,,,,,,,
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Pensando un poquito a esos flajelos sociales que todavia nos desmotivan la vida Crist…!
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siii,,,,,hay momentos en que crees que la lucha es en vano,,,,,pero es como todo tambien hay triunfos que te cansan y te dejan llegar a casa con satifacsion,,,,,sino sientes una fustrcion que ni es bueno contar,,,,,,,,,,,,, no decaigas,,,, tu labor vale la pena!!!!!!
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Tienes mucha razón! Mil gracias por tu apoyo…!
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